Aviator – Holding on

A menudo, hay música que, por una razón u otra, se dejó de lado en favor de más discos con éxito comercial y, como hemos demostrado una y otra vez, no hay diferencia entre los que vendieron millones y los que no vendieron casi nada. Lamentablemente, esa es la gran vergüenza del negocio de la música, pero en Rock Candy siempre intentan corregir los errores y hacer brillar una luz ante la injusticia. Aviator, de la costa este de los EE. UU., estaba formado por músicos pertenecientes a grupos como Barnaby Bye, Blues Magoos, Balance y Network. La banda fue liderada por el vocalista Ernie White y dirigida por Tommy Motola (más tarde el CEO de Sony Music), quien les aseguró un acuerdo con el sello RCA.

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Producido, en los estudios Electric Lady en Nueva York, por el hombre del momento Neil Kernon (Kansas, Autograph, Dokken), para cumplir con los estándares, su álbum se publicó en 1986, lo que tuvo un impacto inmediato en aquellos que escucharon su sonido duro y melódico. A pesar de la emoción entre los expertos, parece que, debido a las maquinaciones que están más allá de su control, el disco se dejó sin rumbo y se le dio muy poca promoción. Abarrotado de canciones tremendas, como ‘Front Line’, ‘Back On The Streets’, ‘Don’t Turn Away’ y ‘Never Let The Rock Stop’, el álbum es, sin duda, uno de los mejores cortes de AOR pesado jamás grabado. Si nunca lo has oído, es hora de sentarte y sorprenderte.

En 1997 Escape Music lo rescató con dos temas extras. Ahora Rock Candy lo relanza como edición coleccionista, con los mismos temas extras pero con el audio remasterizado, libreto de 16 paginas a color con entrevista y fotos inéditas.


Holding On: La balada del disco como despedida. Melodiosa
guitarra y detalles de teclado iniciales. Bajo y batería acompañando la voz
principal, algún detalle de guitarra y añadidos de teclado van surcando las
estrofas hasta el puente y el estribillo, muy bonito. Buena intensidad emotiva,
muy ochentera, nocturno-nostálgica. El segundo estribillo nos deja un trabajo
vocal de White más desgarrado aún. Solo de guitarra muy melódico e intenso.
Buen acompañamiento de los coros, como no puede ser de otra forma, en el
estribillo. La cadencia es buena, aunque monótona en ocasiones, hasta la parte
final donde la línea vocal improvisa y la guitarra hace lo propio. Buena
balada.